Bienvenida a V Encuentro a Arzobispo Gustavo Garcia-Siller, MSPS

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Catholic News Agency

Bienvenida a V Encuentro a Arzobispo Gustavo Garcia-Siller, MSPS

30 de septiembre de 2017

Hermanos y hermanas en el Señor Jesús, ¡bienvenidos a nuestra celebración Arquidiocesana del V Encuentro! Estamos aquí porque nuestro Padre celestial nos reúne. Jesús, nuestro hermano, nos acompaña. El Espíritu Santo nos guía y nos inspira. Hayan sido cuales fueranlos planes que hayamos hecho personalmente para estar aquí hoy, verdaderamente ha sido Dios quien nos ha reunido. Nos reunimos profundamente agradecidos con Dios y con esperanza firme para el futuro de la Iglesia aquí en el sur de Texas.

Venimos de todas partes de la Arquidiócesis: ciudades, pueblos, suburbios, áreas rurales. Venimos de diferentes familias y comunidades. Hablamos diversos idiomas. Incluso los que hablan español pueden hacerlo de modo mexicano, salvadoreño o tex-mex. Tenemos distinto origen racial y étnico. Puede ser que tengamos tendencias políticas divergentes, ideas fijas, aversiones.

También tenemos mucho en común. ¡Todos somos pecadores! Cada uno de nosotros necesita ser sanado, reconciliado, perdonado. Todos estamos llamados a la conversión continua, a la transformación de nuestras vidas personales y comunitarias para acercarlas al plan que Dios tiene para nosotros, revelado en suPalabra. Estamos unidos en la fe, la esperanza y el amor.

Nos reunimos en la diversidad, pero también en la unidad. No buscamos la uniformidad sino la comunión. Venimos a dialogar unos con otros, no a debatir. Estamos aquí para escuchar la Palabra de Dios, reflexionar sobre ella, comentarla y buscar formas de implementarla en nuestras vidas. Ante todo estamos aquí hoy para comprometernos como comunidad de fe para ser discípulos misioneros del Señor Jesús resucitado, para servir a nuestra juventud, y para promover vocaciones al sacerdocio ya la vida religiosa.

Vivimos en un tiempo de cambio constante y rápido, y enfrentamos enormes desafíos. Sólo en el último mes hemos visto los devastadores resultados de cinco poderosos huracanes: Harvey, Irma, Katia, María y José, y dos grandes terremotos en México. Como resultado, cientos de miles de personas están tratando de reconstruir sus vidas y sus hogares. Millones son desplazados por la guerra, la violencia y la pobrezaextrema. Hay quienes explotan este sufrimiento humano por medio de la trata de seres humanos, o mediante una retórica divisiva e inflamatoria, abogando por leyes y políticas públicas basadas en emociones, medias verdades y mentiras descaradas. Lamentablemente hoy en día hay poco respeto por cada vida humana creada a imagen y semejanza de Dios.

¡El mundo necesita sanar! ¡Nuestra nación necesita reconciliación! Nosotros mismos necesitamos tanto el perdón como la sabiduría y el valor para ayudar a los necesitados, y enfrentarnos a las fuerzas del mal. ¡Debemos proclamar con valentía la palabra de Dios,con palabras, pero especialmente con obras; ¡con acciones!¡Necesitamos luchar por la justicia y la paz!

El Beato Stanley Rother, un sacerdote de la Arquidiócesis de Oklahoma City que estudió durante un tiempo en nuestro propio Seminario de la Asunción, fue beatificado el sábado pasado. Es un mártir, asesinado en Guatemala porque defendió la justicia. Sabemos que no era un hombre extraordinario. Más bien era un hombre común, alguien como nosotros, con una valentía y un compromiso extraordinarios, dados por Dios para ser un discípulo misionero hasta el punto de dar su vida por la verdad del Evangelio. Que sea un modelo para nosotros hoy.

Nuestra Señora de Guadalupe, la Morenita, está con nosotros hoy como ha prometido estar siempre. En un momento único en la historia de este continente americano, Dios intervino a través de la Virgen María para abrir las posibilidades de la eventual unidad de todos los pueblos. Nuestra Señora nos dice que no temamos la oscuridad, la violencia, el odio que es parte de nuestro mundo. Ella es la protectora y liberadora de los pobres, los oprimidos, los descuidados, los detenidos y deportados. Que María nos muestre el camino hacia el verdadero testimonio cristiano, el auténtico discipulado misionero.